REFORMA EDUCACIONAL: ¿DÓNDE ESTÁ LA CALIDAD?
Hace algunas semanas la Presidenta Michelle Bachelet presentó el proyecto de ley que pone fin al lucro, la selección y el copago en educación. Desde ese momento han surgido muchas voces de preocupación en cuanto a los efectos de esta reforma y sobre la ausencia de medidas que aumenten la calidad y pongan el acento allí donde es más necesario: la educación pública.
Hoy hay más de 3,5 millones de alumnos en nuestro sistema escolar, de los cuales el 54% asiste a educación particular subvencionada, el 38% a educación municipal y el 7% a educación particular pagada. Entre los particulares subvencionados, hay cerca de 1,2 millones de alumnos asistiendo a los más de 4 mil colegios de sostenedores con fines lucro, con una vulnerabilidad promedio de 46%.
Este proyecto es una muy mala noticia para familias chilenas que han optado libremente porque sus hijos estudien en un colegio particular subvencionado, ya que anuncia que de aquí a 2 años establecimientos deberán convertirse en corporaciones sin fines de lucro. Muchos de ellos no podrán hacerlo y se transformarán en particulares pagados o serán comprados por el Estado, lo que hará desaparecer la esencia de miles de proyectos educativos y disminuirá la diversidad de nuestro sistema educacional.
Por otra parte, no sólo arrasa con la libertad de los padres a elegir el colegio de sus hijos, sino que también les impide pagar, adicionalmente a la subvención que entrega el Estado. Es decir, a aquellas familias que con esfuerzo y mucho trabajo, están dispuestas a pagar 5, 10, 15 mil pesos a cambio de mejor calidad de educación para sus hijos, ya no podrán hacerlo, a diferencia de los sectores más acomodados que sí lo harán. Una discriminación injusta y arbitraria. Pero lo más grave es que el proyecto del gobierno no aumenta la subvención escolar a medida que termina el financiamiento compartido para sustituir con dinero del Estado el aporte de los padres, por lo tanto el financiamiento general de la educación va a disminuir en forma importante.
Estas medidas asfixian la educación particular subvencionada sometiéndola a un complejo panorama que ha generado un ambiente de incertidumbre y una profunda preocupación en los padres y apoderados de este tipo de colegios. Pero más allá de eso al analizarlas cabe preguntarse: ¿dónde está el debate por la calidad?¿Por qué eliminar lo que funciona bien y no poner todos los esfuerzos en mejorar la educación pública?
En este proyecto no hay una sola palabra de calidad y ni un solo peso que vaya a la educación pública. Al parecer, definitivamente, las prioridades no están en mejorar la calidad de los contenidos que se imparten al interior de las aulas, ni en que los profesores estén más preparados para enseñar, ni que los colegios obtengan buenos resultados, sino que sólo mira el RUT de los sostenedores .
Por: Ena Von Baer, Senadora Región de Los Ríos.