El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las Cortes de Apelaciones de Temuco, Valdivia y Puerto Montt, Álvaro Mesa Latorre, sometió a proceso a los ex funcionarios del Ejército, Carabineros y la PDI Bernardo O’Higgins de Las Mercedes Puga Concha, Rubén Darío Aracena González, Juan Bautista Yáñez Ruiz, Germán Jesús Borneck Matamala y a Hernán Soriano Ávila, como autores del delito de apremios ilegítimos en las personas de Sandor Arancibia Valenzuela, Juan Yilorm Martínez, Víctor Hormazábal Rozas, José Daniel Gallardo Saldivia, Rogers Delgado Sáez, Joel Asenjo Ramírez, Luis Díaz Bórquez. Ilícitos perpetrados en la comuna de Valdivia, a contar del 11 de septiembre de 1973.
En la causa (Rol 3-2012) el magistrado ordenó ingreso en calidad de procesados en libre plática para Bernardo O’Higgins de Las Mercedes Puga Concha y Hernán Soriano Ávila al Regimiento “Tucapel” de Temuco; Rubén Darío Aracena González y Juan Bautista Yañez Ruiz, a la Segunda Comisaría de Carabineros de Temuco.; y de Germán Jesus Borneck Matamala a la Brigada de Homicidios de Temuco de la Policía de Investigaciones de Chile.
En la etapa de investigación, el ministro Álvaro Mesa logró establecer los siguientes hechos:
A.- Que a raíz de los sucesos acaecidos el 11 de septiembre de 1973, fueron detenidos en varias ciudades del país y en especial en la comuna de Valdivia, Sandor Arancibia Valenzuela, Juan Yilorm Martínez, Víctor Hormazábal Rozas, José Daniel Gallardo Saldivia, Rogers Delgado Sáez, Joel Asenjo Ramírez, Luis Díaz Bórquez, entre otros. Algunos de ellos quienes hasta esa fecha detentaban cargos públicos o militaban en partidos políticos del gobierno del Presidente Salvador Allende Gossens. A todos ellos, se les acusaba de ser los cabecillas de un plan fantasioso de exterminio de los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Orden, denominado hasta hoy en día como “Plan Z”. Todos los detenidos, en distintas fechas luego del 11 de septiembre de 1973, fueron conducidos a la cárcel Pública de Valdivia por orden de las distintas Fiscalías existentes.
Dichas detenciones fueron decididas por la autoridad militar de la época, sin orden judicial, no constando en el proceso su realización bajo un procedimiento ajustado a la norma vigente en ese entonces.
B.- Que en el regimiento Cazadores de la comuna de Valdivia, luego del pronunciamiento militar, por orden del General Héctor Bravo Muñoz (actualmente fallecido) fue reforzada la Sección Segunda de Informaciones e Inteligencia con la agregación de funcionarios de la misma unidad militar, un integrante de la Policía de Investigaciones – de grado detective cuarto – y carabineros de esa comuna, entre ellos un Teniente y un carabinero apodado “esbante grande”. Este grupo estaba a cargo del teniente Patricio Kellet Oyarzún y tenían por misión interrogar a los detenidos por asuntos políticos, que luego de esa fecha fueron ingresados en la cárcel de Valdivia.
C.- Que además, a fines de septiembre de 1973, fue llamado a integrarse al ejército, un abogado que hasta esa fecha se desempeñaba como abogado auxiliar del Consejo de Defensa del Estado, quien asumió funciones como asesor legal en una de las Fiscalías Militares, a cargo hasta entonces de don Mario Piraíno Valenzuela (actualmente fallecido). Incluso, algunos abogados defensores concurrieron hasta las oficinas de una de las Fiscalías Militares, entrevistándose con dicho abogado asesor, quien se identificaba como Fiscal Militar.
D.- Que a fin de cumplir con la orden dada por la superioridad, se habilitó el gimnasio del regimiento Cazadores, ubicando pupitres para interrogar a los detenidos políticos. De este modo, los detenidos eran llevados y traídos desde la cárcel al regimiento por personal militar de la sección liderada por Patricio Kellet Oyarzún, siendo interrogados en la Fiscalía Militar y apremiados físicamente en dependencias del gimnasio antes y/ o después de estos interrogatorios.
En el gimnasio o sala de tortura existían implementos para amarrar a los detenidos y aplicarles electricidad en diferentes partes del cuerpo, además de aplicarles otro tipo de tormentos como golpes de pies y puños. En esta tarea participaban todos los integrantes del grupo liderado por el Teniente Patricio Kellet Oyarzún, además de los detectives de la Policía de Investigaciones y funcionarios de carabineros que allí estaban agregados.
Una vez que las personas eran interrogadas en el Regimiento aludido, eran conducidas nuevamente hasta la cárcel de Valdivia. En aquel lugar, los propios compañeros de celda y uno de los funcionarios de la enfermería del penal, constataban el mal estado físico de ellos producto de las interrogaciones bajo torturas.
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