Por Cesar Mesa Araya. Asesor y Gestor de Empresas. AGE – Asesorías en Gestión Empresarial SPA.
La razón fundamental de ser de los negocios, no son las finanzas propiamente tal. Hay que tener muy en cuenta que un negocio se compone de un producto y/o un servicio que logre satisfacer las necesidades de sus clientes. Un producto o servicio que cuente con una red eficiente, expedita de ventas y distribución, es la base de un negocio operacionalmente sólido.
Sin embargo, también hay que considerar que, aunque las finanzas no conforman un negocio propiamente tal, no es menos cierto que una Pyme ni ninguna otra sociedad o empresa, podrá desarrollarse, progresar, ni lograr sus objetivos, sin atender y preocuparse de manera especial de la gestión financiera.
¿Qué quiere decir esto? Pues, claramente que las finanzas son el mejor instrumento disponible en la vida empresarial para evaluar y poner racionalidad a cualquier tipo de decisión, de forma que las ideas se materialicen y puedan sostenerse a corto, mediano y largo plazo. Si las finanzas no son monitoreadas adecuadamente, la empresa no tiene futuro e inexorablemente su desaparición será inevitable. Por lo tanto, gestionar una organización de forma profesional y tecnificada es solo cuestión de ordenamiento y voluntad del emprendedor.
En este mismo orden de ideas, la evidencia en terreno, muestra que el comportamiento típico de un emprendedor se orienta principalmente a una disposición comercial (ventas) y a una fuerte convicción de liderazgo y emprendimiento. Estas cualidades, extraordinarias de por sí, son muy necesarias, pero lamentablemente insuficientes para sostener a una empresa en el tiempo. A esta ecuación, debe obligadamente, incorporarse la capacidad de gestionar financieramente a la firma.
Es de esta manera que, la incorporación de la habilidad de razonar y ver la componente estratégica del negocio desde la óptica financiera, es lo que marca la diferencia entre el éxito o fracaso de un emprendimiento. Una visión financiero-estratégica a la gestión de una pyme, otorga sin lugar a dudas una ventaja comparativa importante en la consecución de los objetivos.
La reflexión entonces para los propietarios, responsables, y gestores de empresas, es sobre hasta qué punto se le da importancia a esta herramienta en el quehacer diario.
