Los Ríos al Día

“DESPERTAMOS Y RENACIMOS A LA VIDA EN HOSPITAL BASE VALDIVIA”

Tras dos semanas hospitalizados comienza el retorno a casa.

Emocionante relato de tres pacientes derivados desde los hospitales El Carmen y de Urgencia Asistencia Pública que sobrevivieron al COVID-19 Valdivia, 4 de Julio de 2020 Un día histórico que marcó un antes y un después en el equipo multidisciplinario que integra la gran familia de Hospital Base Valdivia se vivió ayer, luego que tras dos semanas de arduo trabajo, dedicación y compromiso con la vocación de servicio tuvo como recompensa el alta de tres personas – dos mujeres y un varón – que finalmente empiezan su anhelado retorno al seno de sus familias en la Región Metropolitana tras haberse recuperado del COVID-19.

Escenas de intensa emoción e infinitas palabras de gratitud que no dejaron a nadie indiferente se vivieron al momento del adiós en que Orfa, Gladys y Luis dejaron las salas del Servicio de Medicina Interna para cerrar un triste y doloroso ciclo en sus vidas pero que, no obstante, les deja recuerdos de fe, esperanza y sensación de haber generado lazos de afecto al sentirse acogidos y cuidados por un equipo humano -tanto de sus hospitales de origen como el de la región de Los Ríos- al que hoy describen como su familia.

INTUBAR PARA TRASLADAR Sin duda una constante que se repite en las historias de estos tres protagonistas es la determinación y rapidez de los equipos tratantes de los Hospitales El Carmen y de Urgencia Asistencia Pública (Posta Central) de la Región Metropolitana, de los que destacan la claridad y sinceridad con que les expusieron sus diagnósticos, pronósticos y procedimientos tanto a ellos como a sus familiares, advirtiendo los riesgos de sus respectivas condiciones, el colapso de sus establecimientos y la alternativa del traslado a Valdivia previo consentimiento firmado de intubación como medida de urgencia para resguardar sus vidas. La primera en contar su experiencia es Gladys Rojas Valdés, dueña de casa de 50 años, quien señala que desde que se inició la pandemia se encerró en su hogar del cual “sólo salía para ir a comprar el pan al almacén de mi cuadra.

Nadie más de mi familia se contagió solo yo, no sé cómo me pude agarrar este bicho porque siempre andaba afuera con mascarilla pero me afectó mi cuerpo al punto de no dejarme respirar,” recuerda.

Así y tras catorce días de no aguantar más los síntomas concurrió hasta el hospital de su sector en la comuna de Cerrillos “pensaba que me iba a morir y en ese momento se tomó la decisión en El Carmen de poder intubarme, a lo mejor me daban muchísimo aire pero era una gota porque aún faltaba más, más y más aire. No lo pensaron dos veces, habían como cinco en la sala (refiriéndose a los pacientes) dijeron: elegimos a la Gladys y al otro día la Gladys estaba acá en Valdivia.

Le habían dicho a mi hija porque ella estaba conmigo para dar el consentimiento porque tenía que firmar entonces dijo mamita te van a intubar, bueno dije yo: que se haga la voluntad de Dios. El caballero (refiriéndose al médico tratante de El Carmen) me dijo: ¿usted sabe de qué se trata esto? Yo dije no, no tengo idea, no sé nada. Y me dijo: esto es entre la vida y la muerte pero usted tiene que luchar…después entré en un sueño profundo y amanecí acá en Valdivia.” Respecto de su traslado ella es enfática en señalar que pese a la sedación “venía consciente, lo describo en ese momento porque la misma niña de Valdivia que venía en el avión me limpiaban mis ojos, me limpiaba mi boca, trataban de tenerme fresca para poder tenerme bien entonces me sentía como una niña muy regaloneada.

Cuando paró (el avión) llegó el momento de bajarnos pero todo fue suave, son hartos episodios que he podido vivirlos, he podido sentirlos, ha sido excelente la llegada. ¡Jamás nunca había pensado haber pisado el hospital de Valdivia, nunca en mi vida, primera vez! La gente cariñosa muy amorosa, es una muy linda experiencia que he vencido a la muerte gracias al Señor.”

A su vez Orfa Mina Mosquera, dueña de casa de 47 años, cree que se contagió en el Transantiago porque era su única alternativa para movilizarse para hacer sus compras en el sector de Santiago Centro y, al igual que en el caso de Gladys, fue la única de su familia en enfermarse a causa del Coronavirus pensando en un principio que era una gripe común que podía combatirse tomando paracetamol, limón y aspirando infusión de eucaliptus pero al poco tiempo la desorientación, malestar y sobre todo dificultad para respirar la llevaron a pedir ayuda a uno de sus hijos para ir a la Posta Central. Desde su llegada al establecimiento asistencial, Orfa subraya la gran amabilidad con que fue recibida y atendida por el equipo clínico que de inmediato le administró oxígeno y cómo fue monitoreada: “me pusieron boca abajo, llegó un día en que el doctor dijo: no, esto no está dando resultado, nos tenemos que ir a Valdivia y tengo que intubarte, me dijo es preferible que si te vas a morir que te mueras intubada no así, no te puedo dejar morir… entonces yo dije bueno que se haga la voluntad de Dios y la verdad vi que me cortaron la pijama y no me acuerdo de nada más hasta cuando desperté y me dijeron: hola, sabes dónde estás? Estás en el hospital de Valdivia….nunca me di cuenta del vuelo, nunca me di cuenta a qué hora llegamos nada, me desperté aquí y las personas de aquí para mí son mi familia.

” Por su parte Luis Santander Pulgar, transportista de 68 años, sin tener absoluta certeza atribuye su contagio a su trabajo en carga de materiales a lo largo del país y, a diferencia de los dos casos anteriores, lamentablemente él sí contagió su familia pero siendo el único que estuvo en riesgo vital.

“Yo entré al SAMU un día miércoles, el jueves ya me sentí mal y el día viernes o sábado creo que ya estaba siendo trasladado porque venía muy mal entonces fue rápido. No lo creía, decía: no, no es posible no puedo estar en Valdivia.

La eficiencia que hubo porque lógicamente se dio ese día en la mañana que iba mucha gente y que realmente estaban colapsados en El Carmen y que no había otra forma de hacer que mandar gente para afuera. Sentí todo el movimiento que había en Maipú y me desesperé, yo desperté ya en Valdivia y yo creo esa fue la solución, la suerte que yo tuve fue esa de haberme trasladado para acá.”

ACOGER COMO FAMILIA El testimonio de estos tres sobrevivientes coincide en la calidez y amabilidad con que describen a todos los funcionarios con que se relacionaron durante su estadía en Hospital Base Valdivia.

“Ya nos acostumbramos y los vamos a extrañar; se han encargado de mantener el contacto con nuestros seres queridos a diario; nos han tratado muy bien; son nuestra familia y tenemos una deuda de gratitud infinita porque cada uno ha puesto un granito de arena por hacernos sentir como en casa; han estado siempre pendientes desde la puerta mirándonos, preguntando cómo estamos, saludándonos; han orado por y con nosotros; nos regalaron ropa nueva, nos han tratado con dignidad y nos sentimos bendecidos por Dios porque salvaron nuestras vidas,” son algunas de las tantas frases con que al momento del adiós comentan su experiencia intrahospitalaria.

Al momento del rememorar lo que fue este ciclo, el médico internista del Servicio de Medicina de Hospital Base Valdivia, doctor Renato Palma señala: “los tres pacientes comenzaron su estadía en UCI conectados a ventilación mecánica, afortunadamente los tres lograron superar esa valla inicial con posterior disminución de estos requerimientos, traspaso a ventilación no invasiva y después a requerimiento de oxígeno a bajo flujo hasta su suspensión total, -cada uno a sus tiempos-, posterior a su alta hospitalaria estando en condiciones que se traducen básicamente en que no requieren oxígeno suplementario, no están con ningún tipo de compromiso ventilatorio, no están con ningún cuadro infeccioso, no tienen un nuevo control a nivel hospitalario pero sí en la residencia sanitaria se le hacen evaluaciones médicas seriadas por distintos profesionales de salud que participan también activamente de su post alta en esta transición del cuidado y lo que queda ahora principalmente es que se termine de finalizar su traslado a Santiago.” Finalmente y a nombre del equipo institucional el doctor Palma refiere “no deja de ser un momento histórico para todo el equipo de salud más allá de los nombres de cada una de las personas que han participado, es un equipo completo desde la entrada de urgencia, del rescate SAMU hasta el guardia que les ayuda y les señala dónde tiene que hacer el egreso.

Es toda una familia hospitalaria la que hoy comparte la alegría de que los pacientes regresen a sus domicilios y estén encaminándose a retomar sus vidas. Hay mucha alegría, mucha emoción, nosotros nos hemos convertido en su familia en este tiempo que han estado lejos de casa, hemos tratado de hacer sentir como en casa y estamos expectantes a que ese momento se concrete porque hay muchas emociones contenidas de parte de ellos. No ha sido una experiencia en su vida fácil, no me cabe duda que ninguno de ellos esperó pasar por un momento así en su vida y ahora que están ad portas de volver a encontrarse con sus familias están a instantes de vivir un momento único que en algún minuto pensaron que iban a perder,” concluyó el profesional.

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