Los Ríos al Día

Valerme por mí mismo

Hace un mes estuve en España, donde conocí a un hombre llamado Raúl. Él tiene mi
mismo diagnóstico; focomelia o –como lo explico yo– malformación en las cuatro
extremidades. Conocí su historia de vida, la que (estoy convencido) sería total y
absolutamente distinta si hubiese tenido la oportunidad de ser atendido en una
Teletón española que, claro, no existe.
Raúl tiene 40 años, pero necesita apoyo en muchas de las cosas cotidianas de su vida.
Por ejemplo, tiene un asistente que llega a su hogar temprano en las mañanas para
levantarlo, bañarlo y vestirlo, y también para ayudarlo en cuestiones tan cotidianas
como utilizar el baño. Son ayudas que yo, a mis 42 años, no necesito, ya que, gracias a
Dios y a Teletón, puedo valerme por mí mismo. Yo estoy y me siento preparado para
vivir y desarrollarme, como una persona común y corriente.
Cuando supe de Raúl, mi percepción inmediata fue que él habría tenido muchas más
ventajas que yo por haber nacido en un país tan desarrollado. Pero al conocerlo y
escucharlo, me di cuenta que el aventajado era yo. Yo, por haber tenido, durante 20
años, la oportunidad de asistir a Teletón. Eso me permitió, en este sentido, ser una
persona mucho más preparada que este amigo español, quien, en ningún minuto de
su vida, tuvo la oportunidad de acceder a una terapia de rehabilitación como la que
tuve yo.
Bendito el día en que el corazón de algunos sintió la necesidad de ayudar a las
personas con discapacidad, ya que, gracias a eso, hoy somos muchos los que nos
podemos valer por nosotros mismos. Estoy agradecido de que exista Teletón y de que
don Mario Kreutzberger se preguntara qué pasaría si se reuniera un millón de dólares
para ayudar a los niños, niñas y jóvenes en situación de discapacidad. Eso cambió el
futuro de muchas personas, entre ellas, el mío.

Óscar Álvarez
Expaciente y embajador de Teletón, locutor y animador de TV

Comments are closed.