Es un orgullo como valdiviano y una vida ligada al deporte, como jugador y entrenador de baloncesto, ser parte de este proceso de la Selección Chilena que tan buena imagen ha dejado al disputar en Valdivia el Preclasificatorio a la Americup 2025 (23 al 25 de junio) y el Torneo Preclasificatorio Olímpico de las Américas que se disputó en las ciudades de Santiago del Estero y La Banda en Argentina (14 al 20 de agosto).
El plasmar un estilo de juego, seguidillas de triunfos, incluyendo alguno que ha sido histórico como el de Uruguay después de 50 años, como también siendo capaces de dar batalla hasta el final contra la mejor Argentina disponible, quedando con buenas sensaciones al terminar el juego.

Carlos Zúñiga Rojas
Entrenador Asistente Selección Chilena Básquetbol Masculina.Pienso que aún más importante es la calidad profesional y humana de los jugadores que tan bien nos han representado estos últimos Juegos, en donde todos han privilegiado a su Selección a pesar de estar de vacaciones en sus clubes, tener el tiempo de descanso que tan necesario es para los atletas profesionales, como además dejar de disponer del valioso tiempo con sus familias. No solo es el compromiso con su país, sino también el nivel de entrega y exigencia que plasman en entrenamientos y partidos. Destacar el respeto, compañerismo y solidaridad que demostraron en cada proceso que hemos vivido estos últimos meses.
Aún tengo en mi retina al terminar el torneo disputado en Valdivia, después de la tercera victoria consecutiva, al sellar un sólido triunfo con Paraguay por 112 a 47, observé con orgullo como todos los jugadores se quedaron en el coliseo, para autografiar y sacarse una foto hasta con el último niño, niña y adulto que quisieron llevarse un recuerdo de sus ídolos del baloncesto nacional. Fue realmente hermoso, ser testigo presencial de ese vínculo que se generaba con esta nueva generación de deportistas de elite.
Sin lugar a dudas detrás de estos jóvenes deportistas hay familias que han dado el máximo y bastante más, por apoyar a sus hijos en busca de lograr sus sueños en la pasión que ellos viven. Saber que muchos de estos jugadores están o han estado en el extranjero lejos de su familias y seres queridos, con el único objetivo de ser su mejor versión posible al poder desarrollarse y disputar ligas más competitivas que la nuestra.
Con tanta falta de referentes de calidad, para nuestros niños y adolescentes, estoy seguro de que nos encontramos frente a una camada de jugadores que deben ser espejo y ejemplos a seguir, para nuestros jóvenes, tanto por su calidad de atletas y aún mayor por los valores demostrados fuera de la cancha.