Los Ríos al Día

El Papa cerró el “Año de la Fe” con las reliquias de San Pedro

Por Prensa-LosRios Nov25,2013 #Mundo

Es la primera vez que la urna con los restos del primer Pontífice es exhibida en público. Unos 60.000 fieles participaron de la misa.

 

 


 Serio y concentrado, Francisco tuvo en las manos el relicario. Por primera vez, la urna con nueve pedazos de huesos que se supone estaban en la tumba de San Pedro en los subsuelos de la basílica que lleva el nombre del primer Papa de la historia, fue exhibida en público.


 


Sesenta mil personas aplaudieron, guardaron silencio y miraron con devoción y curiosidad al Papa argentino que durante todo el Credo, en la misa de ayer celebrada como final del Año de la Fe, aferró en actitud de recogimiento y oración el sencillo cofre con las reliquias. Pero no dijo una palabra al respecto durante la homilía y el Angelus.





En el altar de la explanada de la basílica fue colocado el relicario durante toda la misa y Jorge Bergoglio le esparció incienso. El Papa se detuvo frente a la caja y después se arrodilló. El cofre tiene una inscripción que dice en latín: “Los huesos hallados en el hipogeo de la basílica vaticana que se considera son del beato Pedro Apóstol”.





Cuando concluyó la ceremonia, la urna fue llevada a la Capilla de los aposentos pontificios, en el Palacio Apostólico, donde se encuentra desde 1971.





Las polémicas han acompañado la reliquia desde que los pedazos de hueso fueron descubiertos. El arzobispo Rino Fisichella, “ministro” del Papa para la Nueva Evangelización, dijo que lo importante no era que las reliquias fueran o no auténticas, sino que han sido reconocidas por la tradición católica.





Son nueve fragmentos de huesos de dos a tres centímetros dispuestos por separado en la urna, que según dijeron algunas fuentes contradictorias ayer, es de madera o de bronce.





El debate sobre la autenticidad de las reliquias constituye uno de los más interesantes de la arqueología moderna. El 26 de junio de 1968, Pablo VI anunció al mundo que se habían hallado los huesos de San Pedro.


 


Luego se lo confirmó personalmente la gran experta en epigrafía griega Margherita Guarducci, que había descubierto la tumba del apóstol en 1950 al descifrar un grabado helénico en un ataúd en el que se leía: “Pedro está aquí”. 





Dentro de esa sepultura en las grutas vaticanas, donde hay docenas de papas enterrados, no había nada. Pero la profesora Guarducci siguió investigando y descubrió que un trabajador que había encontrado los restos en el ataúd los guardó en una caja de zapatos y los puso en un depósito.





Al hacer el anuncio, Pablo VI dijo que eran “convincentes” los argumentos de que los huesos pertenecían a San Pedro.





Simón de Galilea, Pedro, fue crucificado cabeza abajo en el año 67, en los pestilentes terrenos, infestados de malaria, del monte Vaticano. Los soldados romanos lo enterraron allí mismo.

Edición 135

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