Cajeros, dinero y monopolios
En los diarios, la radio y televisión la misma noticia se repite, el constante robo a los cajeros automáticos de la capital, las pautas periodísticas los han incluido dentro de sus rutinas. Sería extraño que un medio informativo no dé cuenta de estos actos delictuales.
La consecuencia más inmediata que tienen las personas es la escasez de cajeros automáticos para poder retirar de ellos el legítimo fruto de su trabajo, próximamente también verán que los costos de mantención de sus cuentas aumentarán, pero ese es otro tema.
Se podría imaginar que lo que aparece en televisión sólo se circunscribe a la realidad santiaguina, las filas – en los cada día menos cajeros automáticos que disponen de efectivo – que se ven cada fin de mes o en vísperas de fines de semana largo se están haciendo parte del paisaje urbano capitalino.
Sin embargo esta tendencia llegó a todo Chile, en la comuna de Chonchi en la Isla de Chiloé hay tres cajeros automáticos. A uno de ellos muy pocas veces se lo encuentra con dinero bien presenta fallas para leer la tarjeta; en los dos restantes hay que ir muy temprano a retirar dinero, para una ciudad que en el casco urbano no tiene más de seis habitantes ver personas haciendo fila esperando el turno para ocupar el cajero automático sale de la normalidad.
El panorama parece desalentador, pero existen soluciones que atacan el problema de distintas aristas. Una primera solución podría ser terminar con el monopolio de la emisión de dinero, el cual actualmente está en manos del Estado; cabe recordar que sólo el Estado de Chile puede emitir dinero en nuestro territorio; el Premio Nobel de Economía Friedrich von Hayek se aventuró en plantear la desestatización del dinero, de manera que existan muchos tipos de dinero y la gente sea libre de elegir en el que más confía; hoy esto tiene su expresión con la moneda virtual llamada Bitcoin. Esta es una interesante alternativa para dejar de depender exclusivamente del dinero monopólico estatal que expenden los cajeros automáticos.
Una segunda alternativa para hacer frente a esta problemática viene por el lado de aumentar la oferta de empresas que gestionen las tarjetas de débito y crédito, actualmente sólo es una, Transbank; de este modo existirían más compañías compitiendo, generando una baja de los costos asociados al uso de las tarjetas, a la vez que permitirían que un mayor número de comercios pudieran contar con terminales de pago con el otrora denominado “dinero plástico”, beneficiando también a los pequeños comerciantes que hoy se ven afectados por la escasez de circulante en efectivo que se vive en el país.
Las propuestas de soluciones están sobre la mesa, sólo queda que los tomadores de decisión se atrevan por alguna de ellas para terminar con este problema público.