Organizado por el Consejo Regional de la Cultura y las Artes en colaboración con la Seremi de Educación, el encuentro que tuvo como relator principal al profesor de la Facultad de Educación de la UC, Guillermo Marini, reunió a más de cien docentes, estudiantes y talleristas.
Durante la semana que recién terminó, en el mundo se celebró la Semana de la Educación Artística. La fecha fue instaurada por la Unesco el 2011 con los objetivos de sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de la educación artística, presentar proyectos y buenas prácticas en esta área y fortalecer la cooperación entre los actores principales del ámbito, promoviendo la diversidad cultural, el diálogo intercultural y la cohesión social.
A partir del 2013, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes se une a esta celebración y desde el año pasado se suma el Ministerio de Educación, que inscribió la celebración en el calendario escolar.
Las actividades de este año tuvieron como lema “El arte transforma la educación”, e incluyeron espacios de reflexión, visitas de artistas a las escuelas, circuitos por espacios culturales e intervenciones artísticas en el espacio público.
Más de mil establecimientos educacionales y 130 espacios culturales de todo el país se sumaron a la celebración. En Los Ríos fueron más de 35 escuelas y liceos los que programaron actividades para la semana, que tuvo como lanzamiento regional un acto con música y artes visuales en la Escuela Olegario Morales de Paillaco y que ayer viernes cerró con un seminario organizado por el Centro Educativo Fernando Santiván de Panguipulli.
Uno de los espacios de reflexión más importantes de la semana fue el III Seminario Regional de Educación Artística, que reunió a más de cien docentes, estudiantes y talleristas, en el Colegio de Música Juan Sebastian Bach de Valdivia.
En representación del Consejo Regional de la Cultura y las Artes, organizador del encuentro a través de su Unidad de Educación y que contó con el apoyo del Mineduc en la región, estuvo la encargada del programa Red Cultura, Paulina Teuber, quien destacó de la iniciativa la confluencia de “anhelos comunes de reafirmar la idea de que el arte es un medio para el desarrollo integral de los y las estudiantes, que va más allá del aprendizaje de una técnica en particular o de trabajar sólo con los ‘mejores’”, dijo.
El seminario, tuvo como relator principal al profesor de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Guillermo Marini, quien llegó para compartir los resultados de un estudio que apuntó a caracterizar las prácticas, recursos humanos y entorno estético en escuelas de educación básica que imparten educación artística en la Región de Los Lagos.
La investigación que contó con el financiamiento del Fondo de Fomento al Arte en la Educación (FAE) del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, fue gestionado por el Teatro del Lago de Frutillar y concitó el trabajo de profesionales de la facultad de Educación y los institutos de Estética y Sociología de la PUC.
Durante su intervención en el seminario en Valdivia, Marini dijo que los resultados obtenidos en Los Lagos dieron luces sobre aspectos del estado actual de la educación artística en los establecimientos educacionales, los que no escapan a las realidades de otras regiones como Los Ríos.
El docente puso el acento en la necesidad de contar con información respecto a estas materias a nivel país, que otorguen una mayor precisión conceptual sobre dónde invertir cuando se trata de educación artística. “La opción más fácil sería construir más escuelas, donar más instrumentos, salas de arte, pero ¿es eso lo que necesita cada región del mismo modo? No”, planteó Marini.
A partir de los resultados del estudio, el profesor señaló tres conclusiones significativas. La primera habla de que una educación artística de calidad requiere tener claridad sobre cuáles son los propósitos que la orientan, y que serán la base de la evaluación del ejercicio de profesores y alumnos en arte. “Es mejor tener menos propósitos declarados como los más importantes, dos o máximo tres, a terminar en el extremo de decir que todos los propósitos de la educación artística son importantes. Si todo es muy importante, al final del día nada lo es”, dijo Marini.
El investigador agregó: “Desde el estudio nosotros proponemos que la educación artística tenga un sello propio, a que exista una discusión comunitaria entre profesores, directivos, la comunidad en general, en torno a cuál es la impronta que queremos otorgarle”.
El segundo hallazgo apunta a la integración curricular, cuya evidencia demostraría que resulta más fácil el trabajo conjunto entre artes y asignaturas de áreas no artísticas, que entre las propias artes. “Esto a nosotros nos plantea un desafío de decir, por un lado, qué calidad de integración existe entre artes y otras asignaturas, cómo podría visualizarse esa calidad y, por otro, qué pasa que los artistas no se integran entre ellos al trabajo escolar”, afirmó el docente.
Otro de los resultados dice relación con la incidencia que tiene el entorno estético, y que va desde los colores, olores, texturas y materialidades, hasta las áreas verdes, patios, áreas de esparcimiento y la cultura visual desplegada en los muros de las salas de clases. “Si nosotros superamos la perspectiva de ser usuarios del entorno escolar y nos situamos desde una mirada de habitantes, que pasamos nuestra vida en gran medida en la escuela, nuestro entorno hablará de la importancia que le asignamos a la educación artística”, sostuvo.
¿Qué medidas podrían venir a mejorar el desarrolla de la educación artística en Chile? Marini destacó el programa Acciona, impulsado por el CNCA para impartir talleres de fomento de la creatividad en la jornada escolar completa, el que –dijo- “tiene muchísimo potencial, pero que necesita ser evaluado para contar con indicadores precisos del camino recorrido, lo que se puede mejorar y lo que no hay que tocar porque funciona muy bien”.
“Pero por otro lado existe un llamamiento humilde y a la vez acucioso por atender a la voz de la comunidad y dar cuenta de qué es lo que profesores, alumnos en primerísima instancia y luego la comunidad extendida, entienden por educación artística. Podemos correr el riesgo de traer mucha investigación internacional, renovar constantemente los estándares, seguir inyectando dineros, pero si no tenemos una capacidad meridiana de escribir una buena experiencia de educación artística, corremos el riesgo de destinar investigaciones y recursos a un saco roto, a instancias de deseabilidad social, del peligroso sentido común, en vez de instancias validadas científicamente como las más oportunas y pertinentes para destinar nuestros esfuerzos en artes”, cerró Marini.
Reflexiones locales
Loreto Martínez es profesora de artes musicales del Centro Educativo Fernando Santiván de Panguipulli. Ha estado a la cabeza de los talleres Acciona en el establecimiento y de los tres proyectos FAE que se han adjudicado. Su ponencia “Peregrinación y Trawun musical: en busca de los sonidos ancestrales” fue además una de las 11 que se presentaron en el III Seminario Internacional de Educación, realizado en Santiago.
La docente graficó los esfuerzos que como establecimiento han realizado para relevar la educación artística en la formación de sus alumnos, lo que –dice- ha debido superar barreras como “el tema de recursos, espacios y la estandarización de nuestra educación chilena”. “Hemos hecho modificaciones a nuestro proyecto educativo, a nuestro plan de mejoras educativas, a nuestras prácticas más cotidianas, teniendo al patrimonio y al arte como fuente de inspiración, desde lo local, desde lo pertinente a los alumnos en su desarrollo integral”, afirmó.
“Nosotros no podemos generar espacios artísticos solamente, sino que en todas las asignaturas articular el trabajo artístico, con el objetivo de sensibilizar la mirada y el pensamiento crítico de nuestros alumnos. Nosotros problematizamos la realidad y a partir de eso se generan procesos creativos, y eso es lo valioso que nos entregan las herramientas de la educación artística”, señaló la profesora.
Desde la vereda de los estudiantes también se alzan las voces sobre las externalidades positivas de incorporar la cultura y las artes como componentes básicos en su formación. “Es fundamental para nosotros porque no sólo se nos enseña a tocar guitarra o a hacer una pintura, se nos enseña a descubrir nuestras capacidades, a trabajar en equipo, a coordinarnos y a explorar aquello que sabemos y lo que no sabemos y sobre eso desarrollar las habilidades”, afirmó Francisca Cobler, alumna de tercero medio del Centro Educativo Fernando Santiván e integrante del Ensamble Latinoamericano del establecimiento.
Su compañera en el conjunto musical y alumna de primer año medio, Mariela Delgado, compartió su experiencia. “Me ha hecho crecer no sólo como música, sino como persona. Antes de conocer a estos profesores no tenía idea de música, nunca había tocado una flauta, traversa mucho menos, y no tenía ninguna relación con la música. He aprendido muchas cosas y gracias a esto he sido destacada en el liceo y en otras partes”, comentó.
En su visión de apoderada del mismo establecimiento, Soraya Montiel también reconoció los beneficios. “Yo creo que a los niños se les enseña más que música, va más allá, son otro tipo de valores, son cosas que ellos han ido integrando inconscientemente, como el compartir, el ser tolerantes, mirar al otro talvez con otra mirada, y el respetarse a pesar de sus diferencias, y eso es muy importante en estos tiempos”, sostuvo.
La jefa del departamento del área de educación del Mineduc de Los Ríos, Yasna Lobos, valoró los aportes del CNCA en materia de educación artística. “El Consejo de la Cultura hace grandes esfuerzos por relevar e instalar estas prácticas que son de satisfacción para todos los estudiantes, y el ministerio de Educación se acopla para fortalecer la línea, y es por eso que en la región este año tenemos 61 establecimientos focalizados desde educación artística con implementación y con aportes para la instalación de talleres en el contexto de jornada escolar completa”, señaló.
Carlos Bórquez, director del Colegio de Música Juan Sebastian Bach, plantea algunas inquietudes respecto a lo que se avecina para la educación artística. “Está por ejemplo el reconocimiento de ésta en el ministerio y por otro lado la certificación de aquellos alumnos que han logrado cierto nivel en las competencias en los instrumentos”, sostuvo.
“En este colegio está probado que la educación artística, específicamente la música, influye en el rendimiento de los alumnos y en la conducta. En este colegio no hay bullying, no hay violencia, hay respeto y los resultados académicos del colegio también son altos”, indicó.
El director puso el acento en otro desafío. “Se justifica y se fundamenta la necesidad de seguir fortaleciendo la educación artística, pero también es importante llevarla a los sectores que más la necesitan, a los sectores vulnerables de la sociedad, que se conozca el arte y sus manifestaciones”, finalizó
Edición 497