Los Ríos al Día

Reporte: Hackers rusos accedieron a más de 4.700 cuentas de Gmail

This combination of photos shows, top row from left, Hillary Clinton, the logo of the defense contractor Lockheed Martin, and former Russian oil tycoon Mikhail Khodorkovsky; middle row from left, tanks at a military parade in Kiev, Ukraine, former U.S. Secretary of State Colin Powell and the Democratic National Committee headquarters in Washington; bottom row from left, former Secretary of State John Kerry, former NATO Supreme Commander Wesley Clark and Maria Alekhina of the Russian punk band Pussy Riot. These people and organizations were among the thousands targeted by the hacking group Fancy Bear, which disrupted the 2016 U.S. presidential election. Fancy Bear had ambitions well beyond Clinton’s campaign, according to a previously unpublished digital hit list obtained by The Associated Press. (AP Photo)
Entre los blancos se encuentran un gerente del programa de aviones cazas furtivos de Lockheed Martin, entidades como la banda de punk Pussy Riot, el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, el ex secretario de Estado, Colin Powell y muchos otros.

Una investigación de The Associated Press revela que la cuenta de correos de la campaña electoral de Hillary Clinton no fue el único blanco de los hacker rusos, que intentaron robar la correspondencia privada de miles de funcionarios y entidades alrededor del mundo.

De acuerdo a la AP, unas 19.000 líneas de datos, compartidas hace poco por la firma de ciberseguridad Secureworks, muestran que Fancy Bear —el grupo de piratas informáticos al que agencias de inteligencia estadounidenses acusan de interferir con las elecciones presidenciales del año pasado— intentó acceder a más de 4.700 cuentas de correo de Gmail entre marzo de 2016 y marzo de 2017.

Entre los blancos se encuentran un gerente del programa de aviones cazas furtivos de Lockheed Martin, entidades como la banda de punk Pussy Riot, el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, el ex secretario de Estado, Colin Powell, el entonces comandante supremo de la OTAN, general Philip Breedlove, su sucesor, el exgeneral estadounidense Wesley Clark y el líder de oposición rusa, Alexei Navalny.

También intentaron hackear a varios políticos ucranianos, como Serhiy Leshchenko, que ayudó a descubrir los pagos clandestinos supuestamente realizados a Paul Manafort, el gerente de campaña de Donald Trump. Otros objetivos fueron Maria Alekhina, miembro de Pussy Riot, y rebeldes islamistas que combaten contra el presidente de Siria, Bashar Assad, respaldado a su vez por Rusia.

La lista da un contexto global al ataque a los demócratas a principios de 2016, explicó Vasily Gatov, analista de medios rusos afincado en Estados Unidos y que fue uno de los objetivos de Fancy Bear.

«Consiguieron robar dos años de emails», dijo el general Powell a la AP. Aunque nunca supo con certeza quién fue el responsable «siempre sospeché de los rusos», agregó.

“Completa el puzle”, dijo Gatov, que en principio era escéptico ante la idea de que el espionaje ruso hubiera señalado a los demócratas. “Ahora estoy convencido”.

Las acusaciones de que Fancy Bear trabaja para Rusia no son nuevas. Pero ha sido difícil conseguir datos al respecto. La comunidad de espionaje en Estados Unidos ha proporcionado pocas pruebas al público.

La lista de objetivos llegó a AP después de que Secureworks encontrase una cuenta de Bitly utilizada por Fancy Bear para elaborar sus correos maliciosos.

En la investigación de este reportaje, AP encontró una conexión directa entre Fancy Bear y las filtraciones que sacudieron la carrera por la presidencia de Estados Unidos en sus últimos compases. Todos los demócratas que vieron publicada su correspondencia privada antes de las elecciones habían sido atacados antes por Fancy Bear, ya fuera en sus cuentas profesionales de Gmail o a través del Comité Nacional Demócrata, según descubrió AP.

Incluso si solo una pequeña parte de las 4.700 cuentas de Gmail atacadas por Fancy Bear quedaron comprometidas, los datos obtenidos de ellas podrían alcanzar un volumen de varios terabytes, a la altura de algunas de las filtraciones más grandes en la historia del periodismo.

Tan solo identificar y ordenar los objetivos requirió ocho semanas para un equipo de seis periodistas de AP.

La investigación de AP ofrece “una pequeña idea de cuánto trabajo requirió” este proyecto de hackeo, explicó Thomas Rid, profesor de estudios estratégicos en la Facultad de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad John Hopkins.

En la práctica, el documento es una lista de objetivos, que según los expertos señala al Kremlin.

“Esta lista solo serviría a los intereses de un país”, dijo Keir Giles, director del Centro de Investigación de Estudios de Conflicto en Cambridge, Inglaterra, y uno de los cinco expertos que revisaron los hallazgos de The Associated Press.

“Al margen de los inevitables desmentidos de Moscú, es la única explicación que tiene sentido”, señaló.

Las autoridades rusas han tachado de “ridículas” y “al borde de la fantasía” las acusaciones de que orquestaron los ataques. El viceministro ruso de Exteriores, Sergei Ryabkov, dijo el miércoles que no había “ni un solo trozo de prueba” para respaldar las acusaciones.

Sin embargo, los blancos de Fancy Bear identificados por AP cuentan una historia diferente. En más de 100 entrevistas, muchos culparon a Moscú por el ataque.

“No tenemos dudas sobre quién está detrás de estos ataques”, dijo Artem Torchinskiy, miembro del equipo de Navalny y que fue blanco de Fancy Bear en 2015. “Estoy seguro de que estos son hackers controlados por servicios secretos rusos”.

Los grupos de objetivos más grandes estaban en Estados Unidos, Ucrania, Rusia, Georgia y Siria. Los agresores intentaron atacar a empleados de grandes proveedores de defensa del gobierno estadounidense y trataron de robar correos de más de 130 demócratas y miembros del círculo interno de Clinton, incluido su presidente de campaña, John Podesta, cuya correspondencia se filtró en los últimos días de campaña.

La investigación podría acabar con cualquier teoría como la que planteó el año pasado el entonces candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, sobre que los ataques podrían ser obra de “alguien sentado en su cama que pesa 181 kilos”.

“La idea de que esto fue solo un hacker solitario en algún lugar es del todo absurda”, afirmó Rid. Voa

EDICIÓN Nº 795

Related Post