Para muchas personas esta variación del horario no sólo produce un desajuste funcional, sino que también provoca que los ciclos de sueño se vuelvan irregulares con el consiguiente riesgo de producir alteraciones como somnolencia diurna o hipersomnia.
Junto al neurólogo de Clínica MEDS, Álvaro Vidal, se preparó un documento informativo entregando algunas pautas para evitar que este cambio al horario de invierno no afecte a la rutina del sueño.
El especialista en medicina del sueño advirtió que esta modificación en los relojes podría generar inconvenientes fisiológicos en algunas personas que podría extenderse entre 2 y 14 días. Asimismo, aseguró que el impacto más prolongado se daría en adultos mayores y en niños, y sugirió evitar las siestas para sincronizar de mejor manera el cambio de hora.