Hablemos sobre Regionalización y Descentralización
El país, indudablemente, está enfrentando un proceso de exigencias trasversales importante en el último tiempo, sosteniendo con fuerza la idea sobre la descentralización y regionalización en un país en donde los recursos no son distribuidos acorde a las necesidades de las regiones y en donde pese a los avances aún hay materias que están al debe y en el fondo a la espera de una discusión a nivel país.
Hay que destacar que la historia y el debate en torno a regionalización, esencialmente en Chile, no ha tenido un fructífero avance; y es que desde la política de los años ochenta, en donde se establecieron los limites administrativos de las regiones en base a criterios geopolíticos con el objetivo de garantizar primordialmente la seguridad nacional, y mucho después la política instalada por la Corporación de Fomento y la Odeplan sobre la organización territorial del país en base a un claro objetivo de promover el desarrollo y crecimiento territorial. En Chile, no ha habido una política de estado que atienda esta inquietud más allá del escaso debate del año 2007 en torno a las nuevas regiones como la región de Los Ríos y la de Arica y Parinacota, aprobadas durante el gobierno de Michelle Bachelet y los últimos debates que han pasado a tercer plano debido a la agitada agenda legislativa del gobierno de turno.
Importante es recordar los diversos movimiento sociales como el que ocurrió en Aysén, que marcó un precedente en la Historia Nacional en torno a la idea de descentralización y real importancia a las regiones, dependiendo estas últimas indudablemente del poder central el cual muchas veces no tiene un real contacto con la gente, ni mucho menos con las necesidades de éstas, manteniendo un Intendente con escasas atribuciones y un Consejo Regional con funciones poco claras.
Ante esto último, los avances son importantes pero no suficientes, considerando que todos los candidatos desde el retorno a la democracia han hablado de entregar mayores atribuciones a regiones considerando la idea de integrar a la votación directa a los consejeros regionales, siendo elegidos ya no por los partido políticos sino que por la gente, proyecto de ley que se concreto y que sigue avanzado en su profundización y normativas de acción; iniciativas que se suman a la de dar mayores atribuciones al gobierno regional y de incluso elegir mediante votación a los intendentes. Pero eso no es lo único, parlamentarios, especialmente de la Democracia Cristiana, hablan también de aumentar el número de diputados y senadores de tal manera que las regiones tengan mayores representantes ante las cámaras, situación que se encuentra en discusión y criticada por una gran mayoría por no estar sobre la mesa el mecanismo electoral del sistema Binominal, que a criterio de muchos resta representatividad.
Lo cierto es que la comisión “Gobierno Interior y Regionalización” da claras muestras de no avanzar y más que generar grandes cambios modifica decretos y aumenta atribuciones a las municipalidades y gobierno regionales pero nada más allá.
El Experto en regionalización y descentralización Egon Montesinos, Ex Profesor Investigador del Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Local de la Universidad de Los Lagos, sostiene una hipótesis en torno a estos temas: “Los problemas “regionales” y el “centralismo” en el Chile actual, tienen que ver tanto con la falta de reconocimiento de las regiones y provincias como “sujetos políticos” (regionalización), como con la escasa transferencia y distribución de poder político administrativo y fiscal (descentralización) a organismos subnacionales (llámese regiones, provincias y municipios)”.
Por ello, poco avance existe respecto a potenciar la capacidad de los municipios y de desarrollar aquellas funciones en las que estos son autónomos del gobierno central y, por tanto, sujetos al control democrático ciudadano.
Resulta preocupante entonces “la distribución de poder político administrativo” como una cuestión clave de orden organizacional; lo cual, indudablemente al depender constantemente del poder central y de los partidos que concentran su máximo escalafón en la capital Nacional hacen mantener un conflicto de interés contraponiendo lo local con lo de exportación.
La tesis del especialista en regionalización Egon Montesinos, dice que el Estado chileno nunca ha organizado territorialmente al país en función de reconocer a las regiones como un sujeto político capaz de decidir y tomar sus propias decisiones; y claro está que esto no ha sido una preocupación del Estado, encontrándonos con una política de regionalización como la del Gobierno Militar ya obsoleta y con falta de continuidad.
Finalmente, el mundo de la política debe responder a la misma ciudadanía que clama por cambios estructurales y en donde pareciera que la esfera política, compuesta por liderazgos regionales, también concuerda con estos últimos sobre cambios que no se han dado y que deben ser materia de discusión.
Por Matías Velásquez Flores