En el avión que lo llevó de regreso al Vaticano, el Papa sorprendió con un cambio de discurso Sobre la homosexualidad. Dijo que no hay que marginarlos por su orientación, sino integrarlos a la Sociedad.
El Papa Francisco volvió a sorprender ayer con una conferencia de prensa de casi una hora y media, sin restricciones para las copiosas y, por momentos, incisivas preguntas de los periodistas a bordo del avión, entre ellos Clarín, que lo traía de regreso a Roma. El pontífice no esquivó el fondo de las consultas y, con un lenguaje llano y directo, disparó conceptos que mostraron un cambio de discurso en temas como la homosexualidad y la corrupción en el Vaticano.
“¿Quién soy yo para criticar a los gays?”, se preguntó Francisco, al ser consultado sobre la existencia de un presunto “lobby gay” en la curia romana, que se le adjudica haber denunciado semanas atrás durante una reunión con religiosos de América Latina. “Todavía no me encontré con ninguno en el Vaticano que me diera el carnet de identidad donde diga (su identidad sexual)”, afirmó. Y agregó: “Dicen que los hay”.
Con todo, Francisco señaló que “cuando uno se encuentra con una persona así debe distinguir entre el hecho de ser gay y el hecho de hacer un lobby, porque ningún lobby es bueno”. Y completó: “Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?
”. En ese sentido, señaló que el Catecismo de la Iglesia Católica “lo explica de una forma muy bella (a este tema). Dice que no se debe marginar a estas personas por eso.
Hay que integrarlas a la sociedad ”.
Por si quedaban dudas, el Papa abundó en la cuestión: “El problema no es tener esta tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby de esta tendencia o un lobby de los avaros, de los políticos, de los masones, tantos lobbys”. Por lo demás, Francisco defendió a monseñor Battista Ricca, a quien recientemente nombró como prelado del IOR, el banco vaticano, y luego trascendió que habría tenido conductas impropias cuando, hace una década, se desempeñó como número dos de la Nunciatura en Uruguay.
“En la investigación previa (con vistas a su nombramiento) no se encontró nada”, dijo el Papa en relación a la pasada actuación de Ricca. Para muchos observadores, los trascendidos periodísticos que le achacaban a Ricca un comportamiento homosexual activo y reiterado fueron un intento de sectores conservadores de la Iglesia para perjudicar a Francisco.
En cambio, el Papa fue duro con un funcionario clave del área económica del Vaticano, monseñor Nunzio Scarano, detenido hace unos días por intentar ingresar ilegalmente a Italia desde Suiza 20 millones de euros.
-Usted habría dicho en una reunión con religiosos de América Latina que en el Vaticano hay santos y otros menos santos. ¿A qué se refería?, le preguntaron al Papa.
-Es verdad. En la curia hay santos, gente que reza, trabaja mucho y va al encuentro de los pobres. Aunque también hay alguno que no es tan santo. Y esos son los que hacen más ruido porque hace más ruido un árbol que se cae que un bosque que crece. Y me duelen esas cosas. Hay algunos que dan escándalo como este monseñor (Scarano) que está en prisión porque no pareciera ser, precisamente, la beata Imelda. Creo que el nivel de la curia romana cayó respecto de otros tiempos.
-Usted está avanzando en el estudio de las finanzas del Vaticano. ¿Contempla la posibilidad de cerrar el IOR?
-Admito que la parte económica pensaba tratarla el año que viene porque no es lo más importante a tocar. Pero la agenda cambió debido a circunstancias que son públicas, a problemas que surgieron y que hay que enfrentar. El primero es el IOR: cómo encaminarlo, cómo delinearlo, cómo sanearlo en lo que haya que sanear. Ahí está trabajando una comisión. Algunos dicen que debe seguir, otros que sea un fondo de ayuda, otros que debe ser cerrado. Me fío del trabajo de la gente del IOR. Pero no sé decir cómo terminará esta historia.
-¿Qué piensa de la participación de la mujer en la Iglesia y de la ordenación sacerdotal de ellas?
-No podemos quedarnos con que las mujeres hagan de monaguillo, de catequistas, de presidente de Cáritas. Tienen que tener un mayor papel. En cuanto a su ordenación, lo dicho por Juan Pablo II es definitivo: esa puerta está cerrada. Pero quiero decir que la Virgen María era más importante que los apóstoles y que los obispos, los sacerdotes, los diáconos. Falta una explicación teológica sobre esto a la gente.
Por lo demás, Francisco descartó que vaya a viajar en el corto o mediano plazo a la Argentina. “Acabo de volver de América Latina y ahora debo pensar en otras regiones y continentes como Asia”, dijo.