Crónica de una muerte anunciada.
Han pasado ya 7 meses desde que asumió el Gobierno de la Presidenta Bachelet, y paulatinamente hemos visto como su figura va en picada en un abismo que parece no tener fondo. Debo reconocer que en la elección presidencial pasada, la victoria de Michelle fue arrasadora contra nuestro sector,
Han pasado ya 7 meses desde que asumió el Gobierno de la Presidenta Bachelet, y paulatinamente hemos visto como su figura va en picada en un abismo que parece no tener fondo. Debo reconocer que en la elección presidencial pasada, la victoria de Michelle fue arrasadora contra nuestro sector, dejando al descubierto un mal momento que transitabamos como derecha, pero lejos de pensar que sería una situación difícil de enfrentar, siempre me mantuve optimista por una sencilla razón, en estos 4 años de la nueva mayoría quedaría de manifiesto nuestro gran gobierno conducido por el Presidente Sebastián Piñera, donde la gente caería de ese mundo imaginario que alguna vez pensaron poder tener, luego de un sinnúmero de promesas idealistas que se escucharon en el programa de la actual Presidenta, el que, al igual que el discuso de Marx y Engels, suena bastante bonito pero me resulta irrisorio pensar que tenga éxito alguna vez.
En la encuesta Adimark en el mes de septiembre, la aprobación de Bachelet bajó nuevamente, siendo esta tendencia ya algo habitual, alcanzando un 47%, el nivel más bajo de aprobación en su segundo mandato. Siempre es preocupante para un Estado que su máxima autoridad en tan sólo 4 meses haya caído 11 puntos en su aprobación. Pero tal vez no resulta preocupante sino que esperable, dejando sólo en las manos del tiempo lo que García Márquez habría llamado "Crónica de una muerte anunciada". A mayor abundamiento, en una especie de suma y sigue para esta causa, en cuanto a su desaprobación (otra tendencia al alza, casi comparable ya con el precio de los combustibles) Michelle alcanzó un 45% , subiendo desde marzo de 2014 (etapa en que asumió al gobierno) un 25% más en su nivel de desaprobación.
Resulta difícil de imaginar un repunte de la máxima autoridad, sobretodo cuando en el ámbiente social existe un nivel de incertidumbre respecto a materias que fueron su caballito de batalla, tales como la reforma a la educación donde no existe una definición clara al interiror de la propia coalición de Gobierno, las constantes críticas de la CONFECH en la forma de dirigir esta reforma y de la participación de estos y otros agentes fundamentales que no han sido tomados en cuenta, o la nueva constitución, donde desde un principio hubo un pronunciamiento ambiguo sobre la pertinencia o no de una asamblea constituyente, dejando claro hace algunas semanas que es un mecanismo que jamás estuvo presente, ni siquiera en su subconciente. O quizás tán sólo basta ver nuestra economía , con un crecimiento estancado, aumento en los índices de cesantía y ahora con la denominación que nos ha dado el Financial Times, el medio escrito más influyente de Inglaterra en enconomía, como la "nueva mediocridad" en alusión a nuestra economía local. Al menos la gente del Gobierno deben de estar contentos porque Nueva Mediocridad parece una filial de Nueva Mayoría.
Como ya señalé, tendremos sólo que esperar algo que parece evidente, pero que sólo falta ver cuando sucederá, digno de otro capítulo del gran libro "Crónica de una muerte anunciada".
Edicion Nro 250